martes, 4 de mayo de 2010

La Revolución islámica

La Revolución islámica supuso el final del régimen del sha y estableció un nuevo régimen en Irán, fue un acontecimiento inédito en el siglo XX. Fue capaz de derribar un régimen establecido, y fue la primera ocasión en que el uso político del Islam desempeñó un papel absolutamente primordial.
Para entender lo acontecido en ese momento es necesario partir de algunas explicaciones previas. El chiismo es, un legitimismo que juzga que la comunidad de los creyentes en el Islam sólo puede ser dirigida por los descendientes del profeta. Sin embargo, los sunnitas, la otra gran tendencia el sucesor de Mahoma lo representa en su calidad política de jefe de la comunidad mientras que para los chiítas lo sucede en su autoridad religiosa. Para el chiismo es obligada la necesidad de presencia de los "hombres de religión" en la vida política. Para los sunnitas, las autoridades religiosas nacidas de la política desempeñan un papel conformista y de sumisión al orden establecido. El chiismo constituye un potencial contrapoder frente al mundo oficial,lo que no excluyó que la Monarquía iraní pretendiera hacer una laicización. En tiempos de Mohamed Reza Pahlevi la laicización prosiguió pero siempre manteniendo una vinculación religiosa del monarca, procurando la estabilidad del país.
Esto provocó el éxito de la revolución. En 1964 fue expulsado Jomeini por su actitud opositora. La elevación de los precios de los productos petrolíferos significó quintuplicar el PIB iraní en 1972-1977 y permitió al sha lanzarse a un proceso de modernización con el que pretendía convertir a Irán en la quinta potencia mundial. Mientras tanto, la sociedad sufría una profunda conmoción, ya que la riqueza obtenida del petróleo se repartió muy mal, y se demostró que la inflación acabó por deglutirla. Además, la introducción de modas y de formas de vida occidentales produjo un cambio importante en la sociedad iraní, aunque no llegó a ser completo. Al sha sólo le quedó el apoyo del Ejército, y parecía suficiente hasta tal punto que tan sólo unos meses antes de la caída del régimen nadie podía pensar que estuviera condenado a desaparecer. En agosto de 1978 se radicalizó este proceso pero en noviembre un militar era designado como primer ministro para detenerlo. A mediados de enero de 1979 pareció haberse iniciado un proceso hacia una Monarquía constitucional. El sha abandonó Irán confiando el Gobierno a un dirigente en teoría occidentalista y socialdemócrata, cuyo poder se volatilizó en apenas diez días; entonces los propósitos del sha parecieron sinceros, ya que abandonó el país.
A comienzos de febrero de 1979 llegó Jomeini, y dejó claro que lo de menos era derribar la Monarquía pues los propósitos de los sublevados debían ser crear una república de inspiración divina.
La contestación contra el sha fue urbana y espontánea. En un principio, el propio Jomeini no tuvo inconveniente en que se hiciera cargo del Gobierno Bazargan, representante del nacionalismo liberal. Tres grandes grupos podían, en efecto, considerarse como triunfantes como consecuencia de la revolución: los liberales, intelectuales occidentalizados y socialdemócratas. Dio la sensación de que la Revolución islámica podía favorecer los intereses de la URSS. En vez de encargar la redacción de una nueva Constitución a una Asamblea constituyente, se decidió que la llevara a cabo una reunión de expertos islámicos. En otoño se había producido ya la desaparición de cualquier signo de liberalismo. La nueva Constitución señaló como objetivo de Irán la expansión de la soberanía divina en el mundo. Irán se alineó al lado de la causa palestina y Arafat visitó el país en 1979.
Hay que tener en cuenta que las características del chiismo contribuían de forma poderosa a provocar un insureccionalismo de cualquier sector que se inspirara en un profeta religioso. A finales de 1982 Jomeini criticó los excesos cometidos por algunos de los guardianes de la revolución, como si quisiera conducir a la revolución hacia un cierto orden. En mayo de 1983 hubo una ruptura de relaciones con los países de este área ideológica, de modo que la ortodoxia revolucionaria se centró en los integristas.
En 1979 se declaró obligatorio el velo, ya que según Jomeini, la mujer debía ocultar al hombre su cabellera y su cuerpo. El Corán parte de la superioridad del hombre sobre la mujer. Jomeini afirmaba que uno de los motivos de felicidad del hombre es que sus hijas tengan las primeras reglas ya en casa de su marido.

miércoles, 28 de abril de 2010

El fundamentalismo islámico

Movimiento de resistencia a la uniformación y aculturación de las sociedades de tradición islámica.
Los integristas islámicos se basan en el Corán y en la tradición para acusar a sus gobiernos de alejarse de los modos de vida propugnados por la tradición coránica. Utilizán la guerra santa para movel a la población para crear un Estado basado en la sharia.
El fundamentalismo se presenta como defensor de los valores tradicionales amenazados por la modernización.
En los últimos años han aparecido movimientos islámicos de expansión radicales opuestos a la política mundializadora de EEUU.
Cabe destacar que han ido apareciendo movimientos terroristas de carácter islamista radical que están en contra de los intereses occidentales.